jueves, 22 de noviembre de 2007

IVº medio 2007

Ya estamos en las últimas, sólo nos quedan unos cuantos días juntos...
...Son tantos los recuerdos y los sentimientos que nos llevamos en nuestra maleta que sería imposible que nos olvidemos de todo lo que hemos pasado juntos estos años, lo bueno y lo malo, las risas y las lágrimas que hemos derramado todos juntos. Somos una familia, una gran familia, en la cual cada uno de sus miembros deberá seguir su propio camino hacia sus sueños...

Pueden pasar mil años
pero en el corazón se quedarán
todos aquellos momentos
en que el reír y el llorar
marcaron el paso del camino que al final
extrañarán...

Muchos ya han quedado atrás
pero en su amistad nos enseñaron
a nunca dejar atrás
ese afán por luchar, por lo que queremos
y luego así poder la meta alcanzar

Cuando el miedo nos logre cubrir
y no tengamos donde ir
estarán estos lazos
que en el fin del camino seguirán

Hasta el final...

Es así como ya lo corazones se unirán.

Esta es nuestra canción, la canción de los IVº medios 2007 la canción que nos representa, y esta canción fue escrita por Alvaro Carrasco, él es el que se lleva todos los créditos de esta linda canción.

Nuestro futuro es incierto, pero con decisión y valor todo lo podemos lograr.

Confesiones de un inodoro

Este es un cuento escrito por una amiga la Wewe; su cuento me gustó mucho y por eso he decidido publicarlo para que lo lean y digan si les gusta o no.

Muchas veces o a muchas personas les pasa lo que le sucedió a la chica del cuento, pero deben saber que "Siempre la luz es más poderosa que la oscuridad, y que por más que nos sintamos mal o tal vez no estamos conformes con nuestro cuerpo debemos saber que por lo menos está sano, y lo más importante no es la apariencia de las personas, sino el alma, lo interior, porque las personas que se preocupan sólo de lo físico son seres vacíos que jamás van a poder encontrar la verdadera felicidad"

Así que aquí les dejo el cuento, pero antes una foto de su autora Evelyn Parra.



Confesiones de un inodoro

Correr, volar sentirse libre sin preocupaciones, sin la presión de este mundo loco, la imagen, la estética, el glamour…_se necesita señorita de buena presencia ¿para qué? ¿Para atender un restaurante? ¿Para trabajar en la tele? ¿Para cuidar un bebé? ¿Para lucirse con sus amigas? ¿para gustarle un chico? ¿para sentirse más segura?
¿para qué sirve la tan codiciada imagen?_me quisiera hacer una lipo, tengo puntos negros, los dientes chuecos tengo el pelo seco. Nunca estas conforme…sólo querías una vida normal. Nada más pedías eso. 1,54 m. 70 kg. Vergüenza tenías al enfrentarte al mundo, sólo querías ser como ellas una chica bonita, sólo querías tener un pololo, sentir lo que es besar, sentirse protegida por alguien que te abrase…sólo tenías 16 años y nunca te habían besado.
Me quiero confesar, quiero de una vez por todas decir todo el dolor que he acumulado por años.
Comencemos desde el día en que te conocí, tenías 4 años cuando te mudaste. Estabas de muy mal humor, no te gustaba esta casa pequeña y mi hogar una habitación minúscula donde apenas entrabas tú a tu tan corta edad.
Si, si te conozco bien, hasta los más íntimos detalles de tu trasero, me percate de todos y puedo afirmar que ni tu madre sabe tanto de ti como yo, solo recuerdo cuando eras una niña, siempre tan pretenciosa te encerrabas en mi casa y me pisabas para verte al espejo, te maquillabas por horas y luego cuando estabas lista te imaginabas siendo una princesa que encontraba al príncipe de su vida, si, y aunque parezca gracioso besabas románticamente el espejo tal cual como lo habías visto en blanca nieves o la bella durmiente pero no eras como ellas o tal vez si pero muy al fondo, con unos 10 o 15 kilos más, pero en ese tiempo no te importaba.
Cuando entraste al colegio fue la primera vez que te vi acomplejada por tu problema, yo no sabía como ellas te trataban, sólo sentía tus lágrimas y te oía decir soy gorda, soy gorda, realmente acongojabas mi frío corazón de cerámica, me daban ganas de decirte que eras más valiosa por dentro y sacar algunas piernas de no se donde e ir a enfrentar a los que te asechaban, pero rápidamente te recuperabas y seguías siendo feliz, seguías pensando en tu cuento de hadas y en tu príncipe azul.
Cuando entraste a enseñanza media no sabías como arreglarte, era todo nuevo para ti. Yo te encontraba hermosa pero tú te desarmabas una y otra vez tu peinado y por más que te arreglabas lucias siempre igual. Cuando llegaste a clases seguramente te encontraste con tus amigas cada cual más delgada luciendo sus lindas figuras con el uniforme más apretado y tu a su lado te verías tan ancha. Te diste cuenta de la fría mirada de los chicos, y las primeras parejas dentro de tu curso…si lo sospeché ese primer día de clases, ese primer pasa de una etapa no estuvo nada bien. Llegaste donde mi, llegaste media asustada y enojada contigo misma, como no voy a poder decías con tus ojos llenos de lágrimas expulsando rabia mientras masajeabas tu abdomen, pero no pudiste, no pudiste enfrentarte a tu peor enemigo, tu misma, tus deseos. Trataste de engañarnos a todos, procuraste ocultarle a todo el mundo los desesperados gritos de tu angustiado corazón. Me gusta ser así le decías a tus amigas, pero en tu interior sabías que cada día tu complejo martillaba fuerte muy fuerte tu frágil mente y ese sonido se hacía ensordecedor.
Nunca imaginaste lo que podrías llegar a se capaz de hacer. Nunca imaginaste que soñarías con cortarte el abdomen y sacarte todo tu interior.
Recuerdo como te sentabas a meditar si existía alguna formula o si alguien te podía ayudar, pero tomaste la peor elección.
Estabas cursando segundo medio cuando comenzaste a vomitar. Al principio admito que me reí de ti, pensé:_¿Qué habrá salido ahora en la tele que vienes a probar aquí conmigo?
Pobre pajarito no sabe que hacer con su joven vida, pero cuando te vi llorando porque tu cuerpo no estaba acostumbrado me hiciste sufrir.
Pensé que no volverías, pensé que era algo momentáneo pero al día siguiente regresaste y así por una semana, por un mes.
Te vi postrada junto a mí expulsando tu más íntimo dolor y luego como te parabas llorando y tambaleándote. Sentía como se raspaba tu garganta y como tiritaba cada músculo de tu cuerpo, sabías que no era bueno lo que hacías por eso lo ocultabas, pero yo estaba ahí a tu lado gritando con todas mis fuerzas, ¡detente! Te haces daño, ¡no sigas!, tienes tanto por vivir y luego al tirar la cadena veía el reflejo de tu rostro destrozado y transformado por tu esfuerzo. Desde ese momento te tomé rencor, ya no eras la misma, ya no había alegría en tu rostro, sólo un capricho, sólo un afán. Tenía tantas cosas que entregar al mundo, tus interesantes experimentos, tu poesía, tu talento con los instrumentos, el arte de pintar, pero nada era suficiente. Nunca apreciaste todo lo que Dios te regaló, todo era ignorado por ti y te destruías lentamente, enfermándote y muriéndote en vida.
¿Por qué tenía que ser yo el que presenciaba todo esto? ¿Qué hice mal? Vi como te empezaste a envolver en un mundo de mentiras cuando por primera vez tu madre preguntó que hacías en el baño, sutilmente le decías que estabas leyendo o la primera estupidez que se te venía a la cabeza.
Si, y te dabas cuenta de eso, que pasaste de ser una niña ingenua y sincera a un ser mojigato y seco.
Me alegré cuando me di cuenta de que habías decidido por fin dejar tu mal hábito, pero luego empezaste a engordar y volviste a tus andanzas y luego de quedar tan maltratada cínicamente te maquillabas para que nadie lo notara.
Y que acto más vil el decir que estabas haciendo dieta para justificar tu perdida de peso.
Reconozco que poco a poco fuiste dejando ese vicio, pero tu esencia jamás volvió y ahora sufres por eso.
Felicidades. ¿Qué lograste? Ser una de ellas, alcanzaste tu objetivo, lo que siempre anheló tu ardiente corazón, ser igual a ellas. Vacía.
Y después de todo lo que he pasado junto a ti, vienes arrogante y me preguntas ¿Quién soy yo para decirte esto?
Nada más te vengo a decir. Si, si que te conozco bien, hasta los más íntimos detalles de tu trasero, me percaté de todos y puedo afirmar que ni tu madre sabe tanto de ti como yo.

Atte.
Tu inodoro.